sábado, 28 de julio de 2012

Comunicación asertiva (II): herramientas


La comunicación asertiva es una habilidad social conductual y, como tal, puede ser aprendida o re-aprendida. Para ello basta con atender a nuestras respuestas automáticas (aprendidas) y, en caso de no adecuarse a la conducta deseada, modificarla.
A continuación trataremos algunas de las técnicas que nos ayudarán a desarrollar una comunicación asertiva.

Uso de “Mensajes Yo”
*  Se describe sin condenar ni criticar el comportamiento de la otra persona.
*  Se asume la responsabilidad de lo expresado.
*  Se describe objetivamente las consecuencias del comportamiento.
*  Se expresa lo que se quiere de la otra persona.
Con un ejemplo lo veremos más claro: con las siguientes afirmaciones estamos expresando lo mismo:
Tú siempre dejando la puerta abierta, un día de estos nos asaltan (2ª persona)
Cuando veo la puerta abierta me pongo nerviosa porque pienso que alguien puede entrar (1ª persona)
Sin embargo, usando la primera fórmula, nuestro oyente se sentirá agredido y responderá a “ese ataque”
Lo aconsejable es construir nuestro mensaje de la siguiente forma:

- “Cuanto tú...”.- señalamos el comportamiento, lo que ocurrió
- “me siento…”.- mostramos nuestra emoción
- “porque…”.- indicamos lo que opinamos o lo que esperamos
- “Te pido, por favor, que…”.- establecemos nuestra petición

Disco rayado
Técnica que consiste en la repetición serena de palabras que expresan nuestros deseos una y otra vez, ante la insistencia de otros por acceder a los suyos. Evita tener que poner excusas falsas y nos ayuda a persistir en nuestros objetivos.
El efecto que se consigue es CENTRAR LA ATENCIÓN siempre en el PUNTO CRÍTICO y no permitir la intromisión de otros comentarios que intentan desviar la atención para conseguir sus objetivos.
Un ejemplo que seguro que a más de uno os suena ;)
Cliente: Vengo a presentar la documentación que me pidieron...
Informador: La fotocopia debe venir acompañada del original para poderla procesar.
Cliente: Ah!, pues no me dijeron nada, ¿no da lo mismo?
Informador: Para poder procesar una fotocopia siempre debe venir acompañada del original.
Cliente: El caso es poner obstáculos y molestar, ¿qué más da?, no ve que está clarísima, desde luego, el caso es fastidiar.
Informador: Una fotocopia siempre debe venir acompañada del original para poderla procesar.

Banco de niebla
Dar la razón a la persona en lo que considere que puede haber de cierto en sus críticas o peticiones, pero negándose, a la vez, a entrar en mayores discusiones. Se deja claro que no va a cambiar de postura.
Consiste en reconocer que, en parte o en todo, nuestro interlocutor, puede tener razón, pero que solo nosotros somos nuestros propios jueces; nos ayuda a aprender a responder a las críticas manipulativas de otras personas reconociendo su posibilidad o su parte de verdad.
Esta técnica tiene ciertos matices:
- Convenir en la verdad: “Si, tiene Ud. razón...”
- Convenir en la posibilidad: “Si, es posible que....”
- Convenir en principio: “Lo mejor que puede Ud. hacer es lo que yo le digo, cualquier otra cosa es una tontería, hágame caso que yo soy un experto...”
“Ya sé que es perfecto lo que me dice, pero creo que es mejor que lo intente con mi experiencia y mis medios”.
Por ejemplo:
Crítico: No me gusta nada el corte de pelo que llevas es horrible
 Nosotros: Es posible que lleves razón...
Crítico: Pareces un desalmado con ese pelo...
Nosotros: Puede que lleves razón...y parezca un desalmado
Crítico: Hay veces en que no sabes cortarte el pelo
Nosotros: Es cierto, a veces no sé cortarme el pelo, pero me siento bien con esta imagen.

Aplazamiento asertivo

Posponer la respuesta que vayamos a dar a la persona que nos ha criticado, hasta que nos sintamos más tranquilos y capaces de responder correctamente. No tenemos porqué dar la respuesta de manera inmediata!!!

Pregunta asertiva

*  “Pensar bien” de la otra persona que nos critica y dar por hecho que su crítica es bien intencionada (independientemente de que realmente lo sea)
*  Entonces, pedimos aclaración: información acerca de los argumentos, solicitando que sea específico.
Una variante sería interrogación negativa, que consiste en solicitar las críticas sinceras por parte de los demás, con el fin de sacar provecho de ello, si puede resultar útil, o gestionarlas, si son manipulativas.
Se pretende recibir la opinión sincera de los demás y llegar al fondo de la crítica: Dime, ¿qué es lo que no te gusta de cómo hago mi trabajo?
Es útil para conocer algo de los sentimientos o ideas de los demás, facilitando la comunicación cuando la otra persona nos critica.
Ejemplos:
- ¿Qué tiene de malo que vaya al cine?
- ¿Qué defecto le encuentras a mi forma de vestir?
- ¿Qué te molesta de mi forma de hablar?

Bueno seguidor@s, espero que toda esta información os sea de utilidad y que sobre todo… ¡¡¡la practiquéis!!!!

Disfrutad del verano –mejor dicho, seguid disfrutando del verano, jeje- y sed felices :P

Cristina

sábado, 30 de junio de 2012

Comunicación asertiva


La comunicación es un proceso psicosocial que nos une y crea relaciones para formar grupos, pero, ¿te has parado a pensar cómo te comunicas con las demás personas?
¿Cómo actuarías en las siguientes situaciones?
  • Una persona es abiertamente injusta
  • Un amigo te ha traicionado revelando algún secreto tuyo
  • El compañero de habitación no coopera con la limpieza
  • Un empleado en un comercio atiende primero a una persona que llegó después que tú
  • Necesita pedirle dinero a un amigo
  • Prestar dinero a una persona que parece haberse olvidado de ello
  • Alguien patea continuamente el respaldo de tu butaca en el cine
  • Un amigo o amiga te llama todos los días a altas horas de la noche
  • Estás hablando con otra persona que de pronto interrumpe la conversación para dirigirse a un tercero
  • Estás en un restaurante elegante y tu carne está demasiado cruda
Según cuáles fueron tus respuestas podemos encontrarnos en uno de los modelos siguientes:
  1. ¿Amenacé, acusé, insulté o me peleé con esa persona? Si responde que sí, su estilo es agresivo.
  2. ¿Evitó expresar sus deseos, opiniones o intereses a esa persona? Si responde que sí, su estilo es pasivo o evitativo.
  3. ¿Expresó usted sus deseos, sentimientos, opiniones o intereses a esa persona, respetando al mismo tiempo sus sentimientos? Si responde que sí, su estilo es asertivo.
La ASERTIVIDAD es "la habilidad de expresar nuestros deseos de una manera amable, franca, abierta, directa y adecuada, logrando decir lo que queremos sin atentar contra los demás, negociando con ellos su cumplimiento". Es el punto intermedio entre la pasividad (evitamos decir o pedir lo que queremos) y la agresividad (exigimos lo que queremos de forma violenta).
Emplear la asertividad es saber pedir, saber negarse, negociar y ser flexible para poder conseguir lo que se quiere, respetando los derechos del otro y expresando nuestros sentimientos de forma clara. La asertividad consiste también en hacer y recibir cumplidos, y en hacer y aceptar quejas.
La mayoría de nosotros no hemos sido educados para comunicarnos saludablemente, ni para escuchar efectivamente a las demás personas, por lo que quizás no tengamos desarrolladas esas habilidades.
Tu sensibilidad para relacionarte de manera saludable aumentará en la medida que te conozcas y te expreses de forma apropiada con las personas cercanas.

Llegados a este punto y antes de continuar, os recomiendo que realicéis el “Inventario de asertividad de Rathus” para comprobar cuál es vuestro nivel de asertividad: http://www.alt64.org/articulo/asertivi.htm (una vez contestada a todas las preguntas, revisad los criterios de corrección que aparecen al final de la página)

NOTA.- Es importante destacar que este test NO mide si somos pasivos o agresivos, únicamente nuestro grado de asertividad.

¿Qué nivel de asertividad tenéis? Espero vuestras respuestas… si queréis compartirlas, claro ;)


Cristina

sábado, 9 de junio de 2012

Escucha activa (II): proceso y técnicas


En nuestra última entrada hablamos sobre las nociones básicas de qué es la escucha activa y cuáles son las principales barreras que se presentan; hoy veremos cómo llegar a conseguirla, esto es, definiremos el proceso en sí y, dentro de él, nos centraremos en las técnicas que nos ayudarán a alcanzar el objetivo. Comprendiendo el proceso de la escucha activa y practicando sus técnicas, se logrará incrementar la capacidad de escucha activa.
El proceso de la escucha activa es una serie de tareas encadenadas lógicamente para obtener un fin, en nuestro caso, captar la totalidad del mensaje, interpretando el significado correcto del mismo. Se compone de seis acontecimientos:
  1. La preparación.- nos predispondremos interiormente para prestar la atención necesaria durante la entrevista, tanto mental como físicamente.
  2. La posición y la mirada.- debemos presentarnos como un oyente atento a los ojos de nuestro intrlocutor, para ello, respetaremos su distancia personal, mantendremos una posición adelantada –inclinando levemente nuestro cuerpo hacia delante- y contacto visual  con nuestro interlocutor (debemos fijar la mirada en los ojos del interlocutor, si percibimos que se siente molesto, podemos bajar un poco la mirada para darle descanso, pero no más de la línea de la nariz)
  3. Reforzar a nuestro interlocutor.- para ello aplicaremos una serie de técnicas para demostrar que estamos prestando atención. Seguidamente profundizaremos en ellas.
  4. Observar el lenguaje no verbal.- es decir, sus gestos corporales, expresiones faciales y características de su voz. Durante la comunicación captamos el 7% del mensaje por las palabras, el 38% por el tono de la voz y el 55% por el lenguaje corporal. Percibimos mayoritariamente el comunicado de nuestro interlocutor a través del lenguaje no verbal. El lenguaje no verbal, a diferencia del lenguaje verbal, nunca miente.
  5. Obtener las ideas principales.- la técnica para obtener las ideas principales del mensaje es: localizar las palabras clave del discurso, extraer las ideas principales relacionando las palabras clave entre sí y realizar una representación mental de las ideas principales.
  6. Retroalimentar resumiendo.- la retroalimentación o feedback es la respuesta que da el receptor a la comunicación del emisor, consiste en comunicar a nuestro interlocutor el resumen de las ideas principales del mensaje que hemos escuchado. De esta forma le demostraremos que hemos entendido la finalidad de sus palabras, le hemos prestado atención y valorado su comunicado. El feedback cierra el proceso de la escucha activa, revelando al interlocutor que hemos captado e interpretado correctamente la intención de su mensaje desde su punto de vista.

Veremos a continuación algunas de las técnicas que se utilizan para animar a nuestro interlocutor a que continúe hablando e indicarle que le estamos prestando atención.

El refuerzo positivo
Mediante esta actitud se anima a nuestro interlocutor para siga hablando, empleando palabras y frases cortas como: sí, ya, entiendo, claro, verdad, bien, vale, desde luego, etc. A través del refuerzo positivo destacamos que el mensaje del emisor nos resulta interesante y que se comprende lo que acaba de decir.

La paráfrasis o reformulación
Significa repetir literalmente o decir con las propias palabras lo que parece que el emisor acaba de decir. Ayuda a comprender lo que el otro está diciendo y permite verificar si realmente se está entendiendo y no malinterpretando lo que se dice. Un ejemplo de parafrasear puede ser: “Entonces, según veo, lo que pasaba era que...”, “¿Quieres decir que te sentiste...?”,…

La ampliación
A través de la ampliación solicitamos al emisor que amplíe o clarifique su mensaje. Pedimos más detalles acerca de un tema específico de su discurso. La ampliación anima al emisor a expandirse en el tema en cuestión. 

La técnica de las preguntas
Una pregunta es una demanda que le hacemos a nuestro interlocutor para que nos responda explicando sus conocimientos. Las preguntas demuestran que nos centramos en el emisor. Nuestro interlocutor se siente valorado e importante, facilitando con mayor profundidad información relevante sobre sus experiencias.
Mediante las preguntas obtenemos mayor información, ayuda a que el emisor se sincere, nos aseguramos que captamos correctamente las ideas principales del mensaje, logramos atraer su interés, nos ganamos su confianza y podemos dirigir la comunicación. Las buenas preguntas son cortas, comprensibles y concretas.

El silencio
Consiste en mantenernos callados, cuando se supone que nos correspondería hablar tras la intervención de nuestro interlocutor. Es el silencio que provocamos conscientemente con la finalidad que el emisor siga narrando sus experiencias. Cuando aplicamos la técnica del silencio, debemos mostrar interés con la mirada. En muchas situaciones, si esperamos antes de responder, nuestro interlocutor continuará hablando y ofreciéndonos información que nunca se nos habría ocurrido preguntar.

Asentir con la cabeza
De vez en cuando, mientras escuchamos debemos asentir con la cabeza, es decir, mover la cabeza levemente arriba y abajo, diciendo sí con este movimiento. De esta forma, comunicaremos a nuestro interlocutor que tenemos interés por su mensaje y compartimos su punto de vista. Asentir es una de las mejores formas de demostrar que estamos prestando atención al emisor. Asentir con frecuencia anima a quien nos está hablando para que continúe haciéndolo durante más tiempo y nos revele más información. Mantiene viva la comunicación.

Las expresiones faciales
Finalmente, siempre expresaremos con los gestos de nuestra cara la emoción adecuada en función del mensaje de nuestro interlocutor. Si el discurso es gracioso, reiremos. Ante un mensaje triste, manifestaremos una expresión apenada. Si el discurso es sorprendente, mostraremos admiración. Las expresiones faciales deben ser naturales y elocuentes. Además, debemos sincronizar nuestros movimientos corporales con los de nuestro interlocutor. Imitaremos su posición general y sus gestos. Adaptaremos nuestro ritmo, nuestra intensidad y nuestro tono de voz al suyo. Reflejaremos la posición, los movimientos, los gestos y las expresiones faciales de quien nos habla como si fuésemos un espejo. Mediante el efecto espejo logramos que nuestro interlocutor se sienta cómodo y continúe desvelando sus pensamientos y sus sentimientos.

Ya no tenemos excusas para NO ESCUCHAR, así que… ¡¡¡¡¡poned los cinco sentidos en vuestras comunicaciones y descubriréis cuánta información os estabais perdiendo!!!!!
Que tengáis un buen día….

Cristina

sábado, 12 de mayo de 2012

Escucha activa


Si nos preguntaran si sabemos escuchar, la gran mayoría responderíamos que sí, sin vacilar un segundo, ¿cierto? Veamos si realmente es así…

Al ponerme a escribir sobre el tema, no he podido evitar recordar cuando mi maestra, en el colegio, nos hacía hincapié en la diferencia entre OÍR y ESCUCHAR, ¿lo recordáis?...
Oír  es un fenómeno fisiológico, es percibir las vibraciones del sonido, es completamente pasivo. Escuchar es la capacidad de captar, atender e interpretar la totalidad del mensaje, no sólo lo que la persona está expresando directamente, sino también los sentidos, ideas o pensamientos que subyacen; escuchando añadimos significado al sonido.
Hace unas semanas os hablé de la importancia de conocer las perspectivas de nuestro interlocutor para una verdadera comunicación (Estilos de comportamiento: modelo DISC), pues bien, ahora podemos afirmar que la escucha es la mitad del secreto de una comunicación efectiva.

Es muy curioso que, en plena “era de las comunicaciones”, la falta de comunicación sea el factor común en la gran mayoría de las relaciones –tanto profesionales como personales- que llevamos a cabo. El causante de este defecto es que no sabemos escuchar a los demás. Estamos más tiempo pendientes de nuestras propias emisiones, y en esta necesidad propia de comunicar se pierde la esencia de la comunicación, es decir, poner en común, compartir con los demás. Existe la creencia errónea de que se escucha de forma automática, pero no es así. Escuchar requiere un esfuerzo superior al que se hace al hablar y también del que se ejerce al escuchar sin interpretar lo que se oye (oír).

Existen muchas barreras y distracciones que nos apartan de la escucha activa, tenemos que estar atentos para evitarlos:
  • falta de atención, estrés, cansancio, fatiga
  • pensar lo que vamos a decir en nuestra próxima intervención
  • escucha selectiva, sólo nos esforzamos ante temas que nos parece interesantes o nos gustan
  • prejuicios, nociones y suposiciones preconcebidas
  • interrumpir al que habla
  • contar “nuestra historia” cuando es el otro el que necesita hablar
  • “síndrome del experto”: tenemos la solución al problema de la otra persona, antes incluso de que nos haya contado la mitad
¿Seguís pensado que sabéis escuchar? :P… Os recomiendo que, empezando por hoy mismo, os hagáis conscientes de vuestro proceso de escucha -no en el momento de la comunicación, claro está-; pararos a analizar si habéis escuchado a vuestro interlocutor o, simplemente, habéis oído sus palabras… En la próxima publicación, os indicaré algunas técnicas para conseguir una comunicación eficaz con los que nos rodean.

Hasta pronto!!!!


Cristina

sábado, 28 de abril de 2012

Sistemas representacionales: VAK


Antes de entrar de llenos en el tema que nos ocupa hoy, hablaremos muy brevemente de la Programación Neurolingüística (PNL). Como su nombre indica, se refiere a tres aspectos básicos de la experiencia humana:
Programación.- los programas mentales y de comportamiento, por medio de los cuales organizamos nuestra experiencia para conseguir los objetivos que deseamos
Neuro.- el sistema nervioso, fuente e instrumento de nuestras percepciones y de nuestra experiencia de vivir y actuar en el mundo
Lingüística.- el lenguaje, que nos permite codificar y expresar simbólicamente nuestras experiencias
 En este contexto, un sistema representacional es la manera en la que cada persona percibe la realidad (a través de sus sentidos) y elabora un “mapa” de ella. Esta interpretación afecta a nuestra subsiguiente conducta y, por tanto, a nuestra comunicación con los demás.
A continuación veremos los tres tipos de personas que existen, sus características y los predicados que más usan.

Visuales
Son los que prefieren “lo que se ve”, es decir, se fijan más en los detalles visuales; cuentan por ello con una gran capacidad para describir algo con toda claridad. Necesitan ser mirados cuando les estamos hablando o cuando lo hacen ellos, es decir, tienen que ver que se les está prestando atención. Hablan muy rápido porque piensan en imágenes y muchas cosas al mismo tiempo. Su tono suele ser agudo. Generalmente empiezan una frase y antes de terminarla pasan a otra. El visual se acuerda de los rostros, no de los nombres. Les gusta ir bien arreglad@s.
A la hora de hablar se les reconoce porque suelen decir frases como “mi punto de vista…”, "mira...", "necesito que me aclares tu enfoque sobre...", “ven lo que yo digo!”, etc.

Auditivos
Estas personas tienen un ritmo intermedio, no son ni tan rápidos como los visuales, ni tan lentos como los kinestésicos. Son los que necesitan un "aha...", "mmm...", es decir, una comprobación auditiva que les dé la pauta que el otro está con ellos, que les presta atención... Los auditivos piensan de manera secuencial, si no terminan una idea no pasan a la otra. Por eso más de una vez, ponen nerviosos a los visuales ya que estos van más rápido, el pensamiento va más rápido. En cambio el auditivo es más profundo comparado con el visual. Este último es más superficial, pero puede abarcar más cosas a la vez, por eso es también el que hace muchas cosas a la vez.
Son buenos oyentes y conversadores. Recuerdan los nombres de las personas. Les ponen de mal humor los sonidos estridentes y los chillidos. Su arreglo es bueno y conservador.
Además son aquellos que usan predicados como "debemos preguntarnos...", “palabra por palabra…”, "escúchame...", "me suena...", “oídos sordos…” palabras que describen lo auditivo.

Kinestésicos
En ellos se incluyen el gusto, el tacto y el olfato; son los que más contacto físico necesitan y desean la cercanía de las personas (al saludar, dan una palmadita en la espalda y preguntan "¿cómo estás?"). Son personas más relajadas y muy sensibles. Suelen vestirse cómod@s, la moda no les intersa.
Usan palabras como "me siento de tal manera...", "me puso la piel de gallina tal cosa...", "me huele mal este proyecto...", “me quedó un mal sabor de boca…”, “camisa de once varas”,… Todo es a través de sensaciones.
Por lo tanto frente a una misma experiencia como un viaje, una celebración, o una simple reunión, cada persona con su específico sistema representacional dominante, calificará ese evento de forma muy distinta. Sin embargo debemos darnos cuenta que cada quien tiene razón en lo que dice, pues es su manera de captar las cosas. De esta manera en vez de criticar al otro por no ver lo que uno ve, no escuchar lo que uno escucha o no sentir lo que uno siente, no es un defecto, sino que cada uno tiene una forma diferente de filtrar y clasificar información.
Es importante conocer cuál es el sistema preferente en nuestras comunicaciones, pero más aún es hacer ejercicios para desarrollar los otros dos porque mientras más equilibrados estén, mejor funcionaremos en sociedad! :D

Hasta la próxima…

Cristina

sábado, 14 de abril de 2012

Estilos de comportamiento: modelo DISC

¿Os habéis parado alguna vez a pensar por qué malinterpretamos el tono o las intenciones de un amig@ o compañer@ de trabajo? Todos hemos sufrido en primera persona –o hemos sido creadores- de estos “conflictos inventados”, pero ¿qué los provoca?... Nuestra manera de comportarnos en las relaciones interpersonales!!!
La comunicación no es simplemente hablar. La R.A.E. define  el término comunicar, en su primera acepción como “hacer a otro partícipe de lo que uno tiene” y, como segunda, “descubrir, manifestar o hacer saber a alguien algo”. Sin embargo, para que haya una verdadera comunicación, es necesario lograr una comprensión profunda respecto a la perspectiva de la otra persona.
Para poder interactuar con otras personas es imprescindible que, primero nos conozcamos y que después identifiquemos la forma en la que nos relacionamos con ellos. Uno de los modelos más extendidos es el creado por William Moulton Marston, conocido como  modelo DISC, que se basa en dos características que son fácilmente observables:
1. Orientación al control frente orientación a la aceptación.- las primeras se esfuerzan por cambiar su entorno para que se adapte a sus necesidades; las segundas tienden a aceptar lo que el entorno les proporciona y aprovecharlo para satisfacer sus necesidades.
2. Comportamiento extrovertido frente a introvertido.- en el primer caso, no existe reparo en mostrar tanto sus pensamientos como sus emociones, ya sea usando un lenguaje verbal o no verbal; en el segundo, no muestra ni pensamientos ni emociones.

Con la combinación de estas características, se definen los cuatro comportamientos que dan nombre al modelo:
  • Dominant (dominante): Orientado al control, extrovertido. Tiende a buscar el control de las tareas y se relaciona con el entorno de forma directa. Los rasgos característicos de las personas con este perfil son:
o   Están orientados a resultados, trabajan deprisa, son eficaces e impacientes
o   Enérgico y directo, le gusta ir al grano, competitivo, autoritario, decisivo
o   Temen perder la posición que ocupan
  • Interacting (influyente): Orientado a la aceptación, extrovertido. Tiende a aceptar el entorno y a interaccionar mucho con las personas que le rodean de forma directa. Sus rasgos principales son:
o   Están orientados a las personas
o   Afable, optimista, entusiasta, emocional, sociable, convincente, persuasivo
o   Tienen miedo a perder  el reconocimiento social
  • Steady (constante o estable): Orientado a la aceptación, introvertido. Tiende a aceptar el entorno y a relacionarse ofreciendo apoyo, y de forma indirecta. Algunas de sus cualidades son:
o   Están orientados al grupo
o   Posesivo, sereno, paciente, pasivo, sincero, flexible
o   Jugador de equipo
o   Teme perder la seguridad que le da el grupo
  • Cautious (concienzudo): Orientado al control, introvertido. Tiende a buscar el control de las tareas de forma reservada e indirecta. Las peculiaridades más destacables son:
o   Perfeccionista, exacto, metódico, sistemático, preciso y analítico
o   Se basan en hechos y números
o   Teme recibir críticas a su trabajo

Normalmente las personas no tenemos un perfil único, sino que tenemos una combinación de los cuatro, pero con uno predominante. Además, en función del entorno podemos ver que nuestro perfil es muy diferente, ya que, de acuerdo a las circunstancias, podemos adaptarnos y simular otro comportamiento.
¿Os habéis identificado? ;)

Espero que, a partir de ahora, seáis capaces de entender mejor el comportamiento de las personas que os rodean. Esta información también es muy útil cuando hay que gestionar equipos.
Por cierto, nunca pongáis a trabajar juntos a un D con un C o un I con un S, ¡¡¡no se soportan!!!  :P


Cristina

sábado, 31 de marzo de 2012

Gestión [eficaz] del tiempo


Es una expresión muy en boga en los últimos años (de hecho, si hacemos una rápida búsqueda en Google, obtendremos la nada despreciable cifra de más de 26 millones de resultados…), pero ¿qué significa realmente que gestionemos nuestro tiempo? Más aún, ¿qué quiere decir que sea de forma eficaz?
Antes de responder a estas preguntas, vamos a comentar algunas ideas que nos ayudarán a entender mejor la importancia de la gestión del tiempo:
  • Tiempo: es un recurso escaso que no se puede guardar ni recuperar, sólo invertir.- esta es una idea muy simple, pero que olvidamos con la suficiente frecuencia como para que no lo valoremos lo suficiente.
  • Perder el tiempo es hacer algo que es menos importante de lo que debería hacer.- en esta ‘definición’ hallamos una de las claves, la importancia y prioridad de nuestros objetivos frente a la urgencia que nos imponen otras personas.
  • Tod@s disponemos del mismo tiempo.- es decir, una hora de cualquier persona que elijamos tiene 60 minutos y, cada uno de esos 60 minutos, 60 segundos… Obvio, verdad? Pues entonces, ¿por qué parece que el día de nuestro compañer@ es más largo que el nuestro?
  • Lo que cuenta es lo que conseguimos, no lo que trabajamos.- estrechamente relacionado con el hábito de empezar x tareas a la vez, sin llegar a completar ninguna…
Llegados a este punto, estoy segura que ya tenéis las respuestas a las preguntas planteadas al principio. La gestión del tiempo no es más –ni menos, jeje- que tomar conciencia de nuestros objetivos (y la prioridad que tiene cada uno de ellos) y organizarnos para su consecución.


Bueno, una vez planteado el tema, pasamos a la parte práctica… Es importante que diferenciemos los objetivos a medio y largo plazo y las tareas diarias –que, lógicamente, deben dirigirnos hacia esos objetivos :D-.
Para los primeros, a grandes rasgos, basta pararse a pensar dónde estoy ahora, dónde quiero estar en un futuro y qué me hace falta para ello…, esto último definirá nuestras metas.
En el día a día, que es donde realmente “perdemos” más tiempo y lo que nos imposibilita conseguir los objetivos marcados, es primordial utilizar una agenda o cuaderno. Personalmente, al iniciar el día, hago una planificación de las tareas a realizar indicando las horas de comienzo y fin de cada una de ellas, por ejemplo:
  • 7.00 a 8.30       Estudio finanzas
  • 8.30 a 9.30       Desayuno y sacar a Trusi
  • 9.30 a 10.15     Revisar correo e Internet
  • 10.15 a 11.15   Estudio macro
  • etc.
Conforme va pasando el día, anoto en el margen derecho los tiempos reales de estas tareas, así como cualquiera otra que surja. La idea es que, al finalizar el día, pueda valorar a qué hemos dedicado nuestro tiempo y, en qué medida, sabemos autogestionarnos o nos dejamos llevar por las circunstancias.
A la hora de hacer la planificación es importantísimo tener en cuenta que:
1.  somos nosotros los que decidimos en qué queremos invertir nuestro tiempo y, cualquier decisión es acertada.
2.  es necesario dejar un 15% aprox. para posibles imprevistos


No se trata de convertirnos en un robot ni ser esclavos del reloj, no, no, no…, sino de aprender a organizarnos y emplear NUESTRO TIEMPO en lo que realmente deseamos hacerlo.
Os animo a que participéis, bien comentando vuestra opinión sobre mi modelo, bien aportando el vuestro…

Cristina